¿Es posible tener el agua de la piscina adecuada a una piel frágil o sensible?

¿Es posible tener el agua de la piscina adecuada a una piel frágil o sensible?

¿cómo elegir entre los diferentes sistemas de tratamiento del agua cuando se tiene la piel frágil, reactiva o se tienen alergias? Nuestros consejos para tomar las decisiones acertadas.

Según la norma europea, el agua de las piscinas privadas "debe filtrarse, estar desinfectada y ser desinfectante". Esto es bueno para la higiene y la seguridad de todos, porque el agua es un medio ideal para el desarrollo de bacterias. Pero, ¿cómo elegir entre los diferentes sistemas de tratamiento del agua cuando se tiene la piel frágil, reactiva o se tienen alergias? Nuestros consejos para tomar las decisiones acertadas.

ALERGIA A LAS CLORAMINAS

Muchas personas hablan de alergia al cloro, con síntomas diversos, que van desde irritaciones de la piel hasta ojos rojos. En realidad, es una reacción a las cloraminas, un subproducto del cloro que se desarrolla en piscinas que no se mantienen correctamente, donde se acumulan las cloraminas. Cuando el cloro entra en contacto con restos orgánicos como el cabello, las escamas de la piel, el sudor o la saliva, por ejemplo, se produce una reacción química que genera unos compuestos químicos volátiles, las cloraminas. ¿El peor cóctel? Orina + cloro, la tan temible y conocida combinación en las piscinas públicas.... Los efectos del fenómeno son más limitados en las piscinas privadas. Cabe recordar que la descalcificación anual de los filtros de arena con eliminación de los depósitos de cal es una buena medida preventiva, ya que la cal favorece el desarrollo de bacterias.

LA SEGURIDAD DE LA CLORACIÓN SALINA

El clásico y súper eficaz tratamiento con pastillas de cloro, es sin embargo el método de tratamiento del agua menos suave para la piel. La cloración salina es una buena alternativa, porque, aunque el objetivo final del proceso sea producir cloro, este sistema crea menos cloraminas. Y no hay que preocuparse por el agua salada, ya que la tasa de salinidad del agua de la piscina tratada con cloración salina es baja y cercana a la de los fluidos corporales humanos. Se estima que este nivel de sal es de unos 3,5 a 4 g/l, mientras que el de las lágrimas es de 7 g/l.

¿Te ha gustado este artículo? ¡Compártelo!