Una tasa de sal inadecuada en una piscina puede tener diferentes efectos según si es demasiado baja o demasiado alta. A continuación te presentamos los efectos de ambas situaciones:
Una tasa de sal demasiado baja:
- Disminución de la eficacia del sistema de tratamiento salino: una tasa de sal demasiado baja puede conllevar una producción insuficiente de cloro por parte del sistema de tratamiento salino, lo cual puede comprometer su eficacia a la hora de mantener un agua limpia y sana.
- Crecimiento de las algas y las bacterias: una tasa débil de sal puede crear un entorno propicio al crecimiento de las algas y las bacterias en la piscina, lo cual puede conllevar un agua turbia, manchas verdes y un aumento de los riesgos para la salud.
- Irritación de los ojos y de la piel: un agua insuficientemente clorada debido a una tasa de sal débil puede causar irritaciones de los ojos y de la piel a los bañistas.
Una tasa de sal demasiado alta:
- El agua tiene gusto salado: una tasa de sal excesiva puede hacer que el agua de la piscina esté demasiado salada, lo cual puede darle un sabor desagradable para los bañistas.
- Corrosión de los equipos: una tasa de sal elevada puede acelerar la corrosión de los equipos de la piscina tales como escalerillas, barandillas, sumideros y las piezas metàlicas del sistema de filtración.
- Irritación de los ojos y de la piel: una concentración excesiva de sal puede causar irritaciones de los ojos y de la piel a los bañistas.
Es fundamental mantener una tasa de sal adecuada en la piscina para garantizar una desinfección eficaz del agua, una experiencia de baño confortable y la protección de los equipos de la piscina.